Barcelona y Sevilla han brindado un auténtico espectáculo para el espectador en la final de la Supercopa de Europa, que se llevó el conjunto culé por 5-4 con prórroga incluida.
El partido empezó trepidante, en el cual el Sevilla golpeó primero con un gol de falta de Ever Banega tempranero.
Pero esto motivó a Lionel Messi, que con dos faltas directas genialmente ejecutadas dio la vuelta al marcador.
Antes del descanso, tras un mano a mano errado por Suárez, el rechace le cayó al charrúa, que cedió a Rafinha que llegaba en carrera para a priori encarrilar el partido en el minuto 43.
Tras el descanso, en el minuto 52, un pase de Tremoulinas horizontal, es cortado por Busquet que da un pase en profundidad a Suárez para poner el 4-1.
Todo hacía ver que sería definitivo, pero el Sevilla tiró de orgullo y primero tras una jugada por banda y posterior centro para que Reyes pusiera el 4-2, y luego tras un calco de la jugada anterior terminaría en penalti a Vitolo, que ejecutaría Gameiro para el 4-3.
En ese momento el Barcelona se desinfló y el Sevilla achuchó hasta conseguir el ansiado empate que parecía prácticamente imposible, tras un fallo en la marca de Bartra sobre immobile, que dio a placer a Konoplyanka para culminar el 4-4.
El partido se fue a la prórroga con los dos equipos buscando el gol. Y este llegó cuando ya parecía que todo se iba a decidir en el punto de penalti.
El destino o el karma le devolvió a Pedro un merecido protagonismo que se ha ganado a base de trabajo todos estos años y que tiene las horas contadas en el club, con el gol de la victoria en las postrimerías de el partido que da la Supercopa de Europa al vigente campeón de la Champions y hace justicia a Don Pedro Rodríguez.
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